La jornada en torno a la trashumancia que se celebró ayer en Navarrendoda de Gredos terminó con la entrega de los premios a los ganaderos trashumantes jóvenes y veteranos.
El séptimo premio a los Valores de la Trashumancia recayó sobre Silvina Barroso Muñoz, ganadera de Baterna, y el tercer premio Nuevo Ganadero Trashumante sobre Raúl Chamorro Jiménez, de Hoyos del Espino.
Silvina es la primera mujer que recibe este premio. Es el reconocimiento a toda una vida de trabajo realizado con ilusión, a 30 años de vida ganadera y trashumante, desarrollada en diversos enclaves. Dejó de realizar la trashumancia en 2014, año en el que murió su marido, pero sigue siendo ganadera, ahora ya asentada en Extremadura, en Trujillo, donde recibe la visita de sus tres hijos los fines de semana.
Reconoce que "es complicado ser mujer y dedicarse a la ganadería", y recuerda que ella contó con el apoyo de su marido durante todos los años en los que hizo la trashumancia.
A pesar de la dureza, a sus 71 años reconoce que ella "volvería a ser ganadera si volviera a nacer", porque le gusta, "que es lo principal".
Nuevo Ganadero
Raúl Chamorro fue premiado en la misma jornada en la categoría al Nuevo Ganadero y reconoce que toda la vida ha estado vinculado al mundo del campo, desde que era un niño, desde que tiene uso de razón, porque su abuelo y su padre han tenido vacas toda la vida. En 2010 logró tener su propia explotación y comenzó a ser titular de la misma.
Ahora con 30 años, realiza la trashumancia de Hoyo del Espino a Trujillo. Explica que el trabajo es duro por la cantidad de controles y burocracia que hay que superar para completar el recorrido de ida y vuelta a tierras extremeñas, pero se muestra animado indicando que “hay que luchar y tirar para adelante, porque en esta vida no hay nada fácil”.