El retablo de la iglesia de San Andrés, de Muñogrande, ya luce restaurado, después de la intervención que ha llevado a cabo la empresa Alfagía, que ha contado con una inversión de la Junta de Castilla y León de 27.000 euros.
Se trata de un retablo renacentista, de la segunda mitad del siglo XVI, que en su momento se colocó en el altar mayor, pero posteriormente, en el siglo XVIII, cuando se construyó un nuevo retablo, éste pasó a estar ubicado en un lateral, por lo que fue recortado y adaptado al nuevo espacio.
Ahora han recuperado todas las piezas que han podido, que estaban esparcidas por la iglesia y por el pueblo, y han devuelto la luz a la estructura, ya que antes en toda ella predominaba un color negro lleno de piteras blancas, según contaba esta mañana el restaurador Cristián Verga en la iglesia. “Se veía una mancha negra con muchos puntos blancos, por ello se ha desmontado el retablo y se han tratado las piezas, una por una, y se ha fijado la policromía para que no haya más perdidas”. A continuación, “se ha pasado a hacer una limpieza fisioquimíca para quitar los barnices oxidados y la suciedad de polvo y humo de velas, que es habitual en este tipo de retablos”, según el restaurador.
Los trabajos han llevado a conocer más sobre esta composición, “se ha sabido que era el retablo principal de la iglesia que se sustituyó, por cambio de liturgia o de gusto”.
“Se ve que, en su momento, se cortó parte del retablo, ya que fue ideado para tener una posición plana y después tuvo que ser adaptado a la hornacina en la que se ubicó”, detalla el restaurador.
“Se ha reintegrado el color de forma profunda, porque había perdido mucho, y se ha dado una protección para acabar montando el retablo en la posición en la que estaba” explica.
“Se ha reintegrado el color de forma profunda, porque había perdido mucho, y se ha dado una protección para acabar montando el retablo en la posición en la que estaba” explica.
El retablo tiene como imagen central a San Andrés y en las tablas que rodean esta imagen se recrean momentos de la vida de Jesucristo.
“La decoración de dorado y policromía del armazón del retablo tienen una calidad extraordinaria al oleo, donde se ha hecho un trabajo de raspado con punzón”, en esa parte “vemos figuras que son medio hombre, medio animal o medio hombre, medio vegetal, que demuestran que son corrientes que se trajeron de Italia”.
No hay documentos que indiquen la autoría de esta obra pero se cree que tiene influencias de la escultura italiana de aquella época y que podría pertenecer al yerno de Vasco de la Zarza, Juan Rodríguez, que tiene otras obras suyas en la provincia, como el retablo mayor de la ermita de las Vacas en la capital o el retablo de la iglesia de Adanero. Este mazonero y entallador acabó obras de Vasco de la Zarza. No obstante, faltaría un estudio histórico para confirmar dicha autoría.
“La decoración de dorado y policromía del armazón del retablo tienen una calidad extraordinaria al oleo, donde se ha hecho un trabajo de raspado con punzón”, en esa parte “vemos figuras que son medio hombre, medio animal o medio hombre, medio vegetal, que demuestran que son corrientes que se trajeron de Italia”.
No hay documentos que indiquen la autoría de esta obra pero se cree que tiene influencias de la escultura italiana de aquella época y que podría pertenecer al yerno de Vasco de la Zarza, Juan Rodríguez, que tiene otras obras suyas en la provincia, como el retablo mayor de la ermita de las Vacas en la capital o el retablo de la iglesia de Adanero. Este mazonero y entallador acabó obras de Vasco de la Zarza. No obstante, faltaría un estudio histórico para confirmar dicha autoría.
El delegado de la Junta de Castilla y León, José Francisco Hernández, ha acudido a la presentación de la restauración, en la que han estado presentes los vecinos y los párrocos de la iglesia, así como Óscar Robledo, responsable de Patrimonio de la diócesis de Ávila.
