La Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Ávila, integrada en CONFAE, reclama medidas económicas a las administraciones locales, que ayuden a las empresas afectadas a paliar los daños ante la situación que están sufriendo. Según ha explicado en Radio Adaja el presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Ávila, José Manuel Terceño, en el caso de este sector las ventas han registrado una caída de entre un 80% y un 85%.
“El descenso de consumo de combustible ha sido tan elevado que no es rentable mantener abiertas la gasolineras. No hay ningún sector que pueda mantener abierto con una reducción de ese calibre”, asegura José Manuel Terceño. No obstante, valoran de forma positiva la reducción de horarios, permitida recientemente por el Gobierno, a la que las estaciones de servicio de Ávila se han sumado en su mayoría. “Llevábamos pidiéndolo varias semanas, por lo que hemos acogido esta medida satisfactoriamente. Ya hemos aplicado alguna reducción y muchos otros se van sumando”, apuntó.
En este sentido afrontan con resignación la situación actual, ya que recuerdan que lo más importante es la salud de las personas. “Las empresas y los puestos de trabajo tienen también que sobrevivir, por lo que excepcionalmente tienen que ser apoyadas por las administraciones”, resaltó José Manuel Terceño.
Por eso desde esta colectivo solicitan medidas concretas y urgentes para ayudar al empresariado abulense, con el fin de que puedan afrontar las pérdidas económicas durante y después del estado de alarma. “La eliminación o reducción en su caso en el pago de tasas e impuestos locales es esencial, ya que los empresarios no pueden soportar determinados tributos sin actividad económica”. Igualmente solicitan medidas de compensación por el decrecimiento de las ventas.
Recuerdan que el margen de beneficio de la venta de carburante es uno de los más bajos del mercado, ya que el precio viene prácticamente dado a través de los impuestos a los carburantes, quedando a disposición de la distribución un minúsculo margen. Las empresas del sector tienen fuertes inversiones en inmovilizado, medidas de seguridad obligatoria, y cuando pertenecen a las petroleras el altísimo canon que han de pagar a estas.
Por otra parte, el propio sector ha sido el que ha tenido que buscar por sus propios medios las protecciones adecuadas, que han podido conseguir en parte a través de las asociaciones federales, indica Terceño.