Este domingo, 6 de febrero, se va a celebrar la XI edición de la actividad ‘Por San Blas, la cigüeña verás’ en la Plaza del Arrabal de Arévalo en horario de 11 a 14 horas. Está organizada por Galérida Ornitólogos Abulenses (GOA), la Asociación de cultura y patrimonio La Alhóndiga de Arévalo y la Sociedad Española de Ornitología SEO Birdlife de Ávila. Con este evento se inician las actividades de las V Jornadas de Naturaleza y Medio Ambiente de Arévalo que se presentarán próximamente y que llevarán como lema ‘Aflorar Arévalo+’. Las Jornadas se desarrollarán a lo largo del 2022.
En esta primera actividad, se podrá observar a través de telescopios terrestres y prismáticos a varios ejemplares de esta especie cuyos nidos se encuentran en las iglesias de Santo Domingo de Silos y El Salvador, de Arévalo. Se complementará la actividad con un taller para los niños que consistirá en la elaboración de caretas en forma de aves.
De forma paralela, convocan a los amantes de la fotografía y de la naturaleza para recoger instantáneas de las cigüeñas sobre las torres mudéjares de Arévalo o enclaves naturales cercanos y compartirlas a través del perfil social de Facebook denominado ‘Arévalo, naturalmente’. Para ello, cuentan con la colaboración del grupo de ‘Aficionados arevalenses a la fotografía F/4’.
Además, desde Galérida Ornitólogos Abulenses han realizado un estudio sobre el estado de la cigüeña en Arévalo. De esta observación, destaca que el número de nidos ha pasado de 7 ocupados en 1999 a los 18 nidos de 2021 y la nascencia de 10, en 1999, a 18 pollos, en 2021. Víctor Coello, de Galérida Ornitologos Abulenses, nos explicaba que el número de cigüeñas y de nidos locales “ha ido fluctuando, con subidas y bajadas, pero la situación es estable, ligeramente a la baja en los últimos años”.
Se observa una tendencia regresiva en la ocupación de nidos y los pollos volanderos desde el año 2014. Ese año supuso el techo censal de esta especie en esta localidad ocupándose 24 nidos y la nascencia de 39 pollos. Cabe recordar, según GOA, que en los años 80 se produjo una situación crítica y la cigüeña blanca estuvo cercana a la desaparición por estos territorios morañegos. Por último, destacan la labor beneficiosa de la cigüeña, puesto que ayuda a controlar las poblaciones de pequeños roedores y topillos, y también de insectos que pueden ser perjudiciales para la agricultura y para la salud en general.