La comunidad educativa de la villa morañega ha vuelto a responder, con entusiasmo y solidaridad, a la llamada de la Campaña contra el hambre que organiza, cada mes de febrero, la ONG Manos Unidas. En 2020, fue la última vez que se realizaba esta actividad y este año, de nuevo, después del parón de 2 años obligado por la COVID-19, todos los centros educativos de la ciudad se han reunido en los patios del Colegio Amor de Dios, sede -en esta ocasión- de la ‘Operación Bocata’, organizada desde Cáritas Parroquial de Arévalo.
Los fondos logrados, gracias a la colaboración y solidaridad de los niños y adolescentes de los colegios, irán destinados a la financiación del acceso al agua potable y consumo sostenible en zonas rurales de Camerún, país situado en el África Central; un proyecto del que se beneficiarán más de 6.000 personas que viven bajo el umbral de la pobreza y no tienen posibilidad de acceder a agua potable en sus hogares.
Como en otras ocasiones, a los más de 1.900 participantes (entre estudiantes, profesores, miembros de las comunidades escolares y vecinos de Arévalo) se les daba, a cambio de su altruista aportación económica, bocadillos preparados por voluntarios anónimos, miembros de las asociaciones de padres de los colegios participantes y asociadas de María Auxiliadora. Bocatas elaborados con chorizo y salchichón, y con tortillas de patata cocinadas por las asociaciones El Castillo y Arrabal, y por personas anónimas de Arévalo. Además, también los panaderos, charcuteros y empresas como European Partners y Quimicel participaron en el evento solidario, donando parte de sus productos para que el gasto económico fuera menor y mayor, así, la aportación al proyecto caritativo.
A partir de las 10:30 horas se repartieron parte de estos bocadillos entre los niños de los colegios de Infantil y Primaria, mientras que a las 13:30 horas los alumnos mayores de los institutos Eulogio Florentino Sanz y Adaja, y los de los colegios Salesianos y Amor de Dios, se concentraron en este último centro para compartir su bocadillo solidario que, junto con un refresco, se vendió a algo más de tres euros.
La ‘Operación Bocata’ es el punto final y culminante de toda una semana de trabajo con los alumnos de los centros educativos. Semana en la que, por medio de distintas actividades, como la visita a los colegios de un misionero, conocen el proyecto y los resultados de las iniciativas de años anteriores de Manos Unidas y que ya se han convertido en realidades solidarias. Todo en un día de ayuno voluntario, para simbolizar las necesidades que sufre el tercer mundo: los asistentes aprenden que hay más de 800 millones de personas en el mundo que no pueden comer cada día y pasan hambre.