El candidato de XÁV a la Alcaldía de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, ha reclamado, hoy, el desbloqueo del proyecto del Museo del Prado en el palacio de los Águila por parte de las administraciones central y autonómica y que se puedan abrir estas dependencias como generadoras de oportunidades.
Acompañado por el presidente de la formación Por Ávila, José Ramón Budiño, y ante las puertas del palacio de los Águila, Sánchez Cabrera ha mostrado la portada del periódico que anunciaba, hace justo 25 años, la firma de un acuerdo rubricado por los entonces presidente de la Junta de Castilla y León y ministra de Cultura, Juan José Lucas y Esperanza Aguirre, respectivamente, por el que se anunciaba que la capital abulense albergaría obras del Museo del Prado.
Un cuarto de siglo más tarde, ha recordado el candidato de Por Ávila, no sólo no se han abierto las dependencias de los Águila sino que ni siquiera existe un proyecto definitivo en torno a la instalación de El Prado en la ciudad.
Sánchez Cabrera ha recordado la reciente foto del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y el anuncio del mandatario autonómico de un impulso definitivo para los Águila que, de forma inmediata, fue desmentido por el subdelegado del Gobierno en Ávila, Fernando Galeano.
«Los abulenses estamos muy hartos de que los partidos tradicionales se rían de nosotros y de nuestro futuro», ha lamentado el candidato de XÁV a la Alcaldía de Ávila, resaltando que, 25 años después del primer anuncio, la puerta de los Águila permanece cerrada, y que, en este tiempo, han sido muchos los abulenses que han tenido que marcharse por falta de oportunidades.
Así, ha reclamado el desbloqueo de la situación de El Prado en Ávila para poder contar con un espacio y una actividad en la capital abulense que genere oportunidades, de la misma forma que ha pedido a los partidos tradicionales que dejen de hacer «turismo electoral» y protagonicen una sucesión de visitas de cargos que sólo vienen a Ávila a hacerse la foto de rigor en vez de trabajar de forma real y efectiva por la ciudad.