Las cosechadoras siguen realizando su labor en aquellas parcelas donde han podido entrar, puesto que muchas tierras se quedarán este año sin cosechar. Aunque es pronto para concretar las cifras, se confirman los peores pronósticos sobre el desplome de producción en la provincia de Ávila.
Por el momento, en la comarca morañega restan dos o tres días para el final de la recolección, mientras que en otras zonas de la provincia faltan alrededor de veinte días.
Las cifras son, aproximadamente, seis veces menos de lo que se recoge en un año considerado normal. Ventura González, secretario de UPA Joven de Ávila, señaló a esta redacción que los rendimientos están quedándose un poco inferiores a los que se esperaban. Si en un año con condiciones normales la media sería de 2.500 kilos por hectárea, este año el rendimiento es de alrededor de 400 kilos por hectárea en los cereales de secano, en concreto de cebada.
Por otro lado, el rendimiento en parcelas de trigo de secano es cinco veces inferior a otros años normales, con 500 o 600 kilos por hectárea. Se suma así la de 2017 a la tristemente recordada cosecha de 1992. Ambas son ya las peores cosechas registradas en Castilla y León en el último cuarto de siglo, con pérdidas en los campos de cereal en Ávila superiores a los 100 millones de euros.
A la situación de sequía, que ha ocasionado graves daños en los cultivos, se han añadido varias noticias que afectan de primera mano a los agricultores de la provincia. Los cerealistas que tienen aseguradas sus parcelas como “indemnización por daños” dejarán de percibir 1,2 millones de euros debido a una cláusula que aplica Agroseguro. En este sentido, Ventura González aseguró que se trata de un “engaño” por parte de Agroseguro, ya que no se incluye en las condiciones del contrato que firman los agricultores.
Por su parte, Agroseguro argumenta este descuento en concepto de coste de siega porque teóricamente no se va a cosechar. No obstante, los cerealistas pasan la máquina como práctica agronómica de limpieza. Ventura González recordó que esta condición, sumada a la obligatoria franquicia del 30%, provocará que muchos agricultores reciban una indemnización “escasa e injusta” que no cubrirá en absoluto sus pérdidas.
En este punto, González señaló que los agricultores no quieren “vivir del seguro” sino que éste cubra los gastos que pueda ocasionar un percance. “Con la indemnización del seguro y de la PAC no cubrimos más del 50% de nuestros costes de producción”, lamentó. Por ello, piden a Agroseguro la revisión de algunas condiciones con el fin de solucionar la problemática.