La Unión de Consumidores de Arévalo y Comarca (UCE), en colaboración con la Junta de Castilla y León, ha iniciado una nueva campaña de información para evitar la anisakiosis o anisakis en el pescado. Una iniciativa que sirve como colofón de la campaña de etiquetados de productos alimenticios, como la de los huevos y pescados, que tienen como fin evitar problemas alimenticios.
Por ello, van a repartir más de 250 folletos en localidades como Ávila, Mingorría, Arévalo, Pajares de Adaja, Palacios de Goda y Las Navas del Marqués, en los cuales se explica qué es la anisakiosis, cómo nos podemos contagiar y cómo evitarla.
La anisakiosis es una bacteria que podemos contraer ingiriendo el parásito que puede encontrarse en el pescado, sobre todo pescado crudo, poco cocinado o sin congelar.
Francisco León, presidente de la Unión de Consumidores de Arévalo y Comarca, explicaba para Radio Adaja que “en condiciones normales de cocción del pescado el parásito muere o se inactiva, pero en el vinagre pasa desapercibido y no muere el anisakis”. Además, añade que si llegáramos a consumir pescado crudo o que no ha llegado a alcanzar una temperatura alta en la cocción, “podríamos contraer la enfermedad, que es muy molesta y cuyos síntomas tardan en desaparecer, como diarreas, vómitos, urticarias y dolor intenso en la boca del estómago”.
Al respecto, hay que recordar que el anisakis está presente principalmente en los peces marinos, destacando el bacalao, sardina, boquerón, arenque, salmón, abadejo, merluza, pescadilla, fletán, rodaballo, caballa, bonito, jurel, calamar y sepia. Pero hay especies que aunque se consuman en crudo no producen ningún efecto, como los moluscos bivalvos, es decir, almejas, mejillones y ostras. Tampoco aparecen en los pescados de ríos, lagos y piscifactorías de agua dulce como truchas o carpas, ni en las semiconservas como las de anchoa o los pescados desecados salados como bacalao o mojama.
La Unión de Consumidores de Arévalo y Comarca recuerda una serie de consejos para evitar el contagio, como puede ser pedir el pescado ya eviscerado, es decir, vaciar el vientre de los pescados, y si no lo está, hacerlo inmediatamente para no conservarlo en el frigorífico y transmitirlo a otros productos. Se debe limpiar y desinfectar muy bien tanto la mesa o la tabla donde se haya cortado, además de los utensilios de trabajo para evitar la contaminación cruzada de los alimentos. El cocinado mínimo del pescado se encuentra en una temperatura entre 60 y 70º en el centro de la pieza durante un minuto para conseguir matar las larvas. Si se opta por consumir el pescado crudo, la congelación previa es el modo más eficaz para inactivar el parásito, ya que las larvas congeladas, aunque no mueren, pierden su capacidad de actuación. Deberá congelarse a -20º y durante al menos 72 horas.
Otro de los consejos que nos ofrecen es observar la ventresca, puesto que es donde normalmente se detecta con mayor facilidad que el pescado posee estas larvas.
Desde UCE Arévalo y Comarca hacen un llamamiento a la tranquilidad, puesto que teniendo unas buenas prácticas de higiene, cocción y congelación podremos disfrutar de este producto tan completo y necesario en nuestra dieta.