El grupo local de SEO-Ávila ha llevado a cabo, por cuarto invierno consecutivo, el censo invernal de aguilucho lagunero occidental a través de un grupo de voluntarios. El coordinador del grupo Local de SEO Ávila, Jorge Leonor, ha detallado que el objetivo es conocer la evolución de esta rapaz de invierno a invierno.
En esta ocasión se ha constatado un aumento de ejemplares con respecto a los años anteriores, ya que en total se han revisado 8 humedales, situados todos en la comarca de La Moraña, con un resultado positivo en cuatro. En ellos se han detectado 53 ejemplares, de los cuales 8 eran machos y 45 aves con plumaje de joven/hembra. El más numeroso contó con 21 ejemplares, seguido de otro de 19, uno más de 9 y por último uno con 4 aguiluchos.
Se muestra una tendencia, como en los años anteriores, de aumento en la invernada del aguilucho lagunero occidental. Desde el 2018, en el que se hizo el censo tras 10 años sin llevarse a cabo (en 2008 solo se detectó un dormidero con un ejemplar), los números rondaban la cuarentena (41 en 2018, 36 en 2019 y 44 en 2020). Por ello este año se ha producido un aumento de ejemplares sobrepasando el medio centenar.
“Observamos que la fidelidad a los dormideros no es tan continua pues, en estos cuatro años, solo se repiten desde el primero dos dormideros. El resto han variado apareciendo en algunos años y desapareciendo al año siguiente”, subraya.
De esta forma, la invernada de aguilucho lagunero occidental en nuestra provincia es estable, con un número que se mantiene en torno a los 40-50 ejemplares pero no lo es tanto en cuanto a los lugares donde se reúnen a dormir.
Según explica Jorge Leonor, el aguilucho lagunero occidental es una rapaz habitual en nuestros humedales a lo largo de todo el año y algunas parejas crían en zonas húmedas con buenas masas de vegetación palustre donde establecen el nido. “En él la pareja formada por las oscuras hembras, que lucen un bonito capirote amarillento, y el macho de tonos grises, sacan adelante dos o tres pollos cada año”, detalla. Durante el invierno, a los aguiluchos residentes se les une un contingente de aves del norte y centro de Europa que llegan a nuestras latitudes a pasar los meses más fríos.