Por quinto año consecutivo, los ornitólogos arevalenses Javier García Sáez y David García López, miembros del grupo local ‘García Ornitólogos’, han publicado los datos anuales del estudio en el que se hallan inmersos sobre la nidificación del avión común en Arévalo.
En concreto, se ha registrado un ligero descenso de la población de avión común en Arévalo en el último año. Se han contabilizado 660 parejas, por lo que se ha producido un descenso del 10% respecto al año pasado, siendo este descenso superior al 40% desde el 2016, año en que se comenzó el estudio.
Los ornitólogos arevalenses desconocen el por qué sigue descendiendo año tras año, que por otra parte está afectando a otras aves similares como las golondrinas y a otras aves insectívoras y urbanas similares. En el caso del avión, parte de ese descenso se puede achacar a la destrucción directa e ilegal de los nidos por el hombre, según afirman. Aunque consideran que es pronto para sacar conclusiones, Javier García ha señalado a esta redacción que la actual tónica es “muy negativa” para la especie, encadenando cuatro años seguidos de descenso, de manera que se realizarán censos anualmente.
“En el último año al menos conocemos dos edificios donde se han destruido gran cantidad de nidos y las aves no los han vuelto a construir esta temporada, siendo uno de estos edificios el que acogía la mayor cantidad de nidos de todo Arévalo”, apuntó Javier García. Por ello consideran necesaria una concienciación ciudadana y de compromiso y divulgación por parte de las correspondientes autoridades ambientales y municipales sobre la beneficiosa labor insecticida de los aviones comunes.
Hay que recordar que la legislación española y la europea protegen a estas aves, sancionando con multas que van desde los 5.001 hasta los 200.000 euros la destrucción de los nidos en época de cría e incluso el Código Penal tipifica su destrucción como delito. “Existen soluciones en el mercado para proteger los edificios de los excrementos y en todo caso, se necesitaría autorización para retirar los nidos, siempre fuera de la época de cría”, recordó.
La presencia de estos nidos en los edificios es más beneficiosa que perjudicial para el hombre, ya que estas aves reducen el número de insectos de forma natural, llegando a consumir cada día 800 insectos y que en peso puede suponer unos 20 kg/año de insectos.