Desde el pasado 2 de abril llegaron a Ávila varios autobuses procedentes de Barcelona con las primeras personas refugiadas procedentes del conflicto de Ucrania. Los lugares de destino fueron el centro de los Padres Paules, cedido para este fin por Cáritas Diocesana, y el albergue de Cebreros, cedido por el Ayuntamiento de Cebreros. Más adelante, algunas de estas personas se trasladaron a un establecimiento hostelero de Ávila capital. Entre los tres recursos (residencia, albergue y establecimiento hostelero), Cruz Roja en Ávila ha prestado este año una atención integral a 165 personas, 50 de ellas niños y niñas, dentro del programa ‘Declaración de Emergencia Crisis Ucrania del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones’.
En este momento 21 personas ya se encuentran en la fase dos del Programa de Acogida e Integración de Personas Solicitantes de Protección Internacional. Esta fase implica que las personas refugiadas han alquilado su propia vivienda, con el apoyo de Cruz Roja en Ávila, y han encontrado trabajo o están en búsqueda activa de empleo. Otras 8 personas están en la fase de acogida temporal del Programa de Acogida e Integración de Personas Solicitantes de Protección Internacional, en la que se preparan para pasar a fase dos durante un máximo de seis meses. Otras personas han vuelto a su país de origen o se han trasladado a países cercanos a Ucrania. Algunas han viajado a otros puntos de la geografía española para reunirse con familiares o amigos.
Atención en todos los ámbitos de la vida
Durante este año, las personas procedentes del conflicto de Ucrania que han sido atendidas por Cruz Roja dentro del programa ‘Crisis Ucrania’ han estado recibiendo alojamiento y manutención, asesoramiento legal y apoyo psicológico. Al llegar, los menores de edad fueron escolarizados en distintos centros educativos de Ávila y, en verano, acudieron a campamentos estivales del Ayuntamiento de Ávila y Cáritas Diocesana. A mayores, todas las personas del programa han sido apoyadas para solicitar la tarjeta sanitaria de Sacyl.
Además, durante estos meses están aprendiendo castellano gracias a las clases impartidas en el Centro de Educación de Adultos y la Escuela Oficial de Idiomas de la Junta de Castilla y León, la Oficina Municipal de atención al extranjero en el Ayuntamiento de Ávila y las ofertadas por voluntariado en Cruz Roja en Ávila, dependiendo del nivel de cada persona. Para este colectivo aprender el idioma con objeto de integrarse y buscar trabajo es su principal objetivo en este momento.
Por otra parte, también se ha facilitado información y orientación a las personas que han pasado por las diferentes sedes y Asambleas Comarcales de Cruz Roja en nuestra provincia, que son más 100 personas más.
Trabajo en equipo
Toda esta labor, realizada desde el 2 de abril hasta hoy, ha sido posible gracias al trabajo del equipo técnico de Cruz Roja en Ávila compuesto por 20 personas, al que hay que sumar la fuerza del voluntariado, compuesto -en este caso- por un total de 118 personas voluntarias y asimiladas, que han realizado actividad durante este año, sumando 3.708 horas de voluntariado. Su labor ha sido variada y fundamental para el día a día de las personas refugiadas procedentes del conflicto, ya que el voluntariado ha estado presente en las clases de castellano, en el servicio de comedor, en el traslado a centros hospitalarios y en el acompañamiento médico entre otras acciones básicas para el bienestar diario. Por parte de Cruz Roja Juventud en Ávila se ha organizado y desarrollado actividades de ocio y tiempo libre para la infancia.