Por segundo año consecutivo, UPA Ávila está desarrollando en varias parcelas de La Moraña un trabajo científico comparativo de semillas R1, R2, y R3 para constatar la importancia del uso de unas variedades u otras, y así conocer de primera mano datos sobre productividad, rendimientos, resistencia a enfermedades, dosis de siembra y nivel de germinación.
En este sentido hoy jueves se ha celebrado una jornada de campo en Cisla para avanzar en la línea de investigación que UPA está desarrollando en la provincia de Ávila con el fin de aportar datos claves para el presente y futuro más próximo en un contexto actual de cambio climático.
El campo demostrativo en nuestra provincia incluye labores preparatorias del terreno previas a la siembra, tratamientos fitosanitarios, siembra del ensayo, seguimiento del ensayo, realización de jornadas como la que se ha celebrado hoy, cosecha del ensayo, análisis estadístico de los resultados y publicación y difusión de los mismos.
Los ensayos se están realizando en varias parcelas con cebadas y trigos en una superficie aproximada de 2 hectáreas que se sembraron en la primera quincena del mes de noviembre donde ya se ha podido comprobar que las parcelas con R1 y R2 han tenido mejor nascencia con un nivel de germinación superior al de las otras parcelas.
En este sentido, los datos de este año serán concluyentes, como lo fueron los de la campaña pasada donde se demostró que la semilla R1 y R2 obtuvo hasta un 20 % más de rendimientos en las cebadas y un 10 % en trigos respecto a una R3. Además, las semillas de calidad R1 y R2 se adaptaron mejor a las condiciones climatológicas de intensas lluvias en primavera, y de sequía posteriormente.
Nacho Senovilla, secretario general de UPA Ávila, ha explicado que los resultados del 2020 están relacionados con una superioridad de rendimientos de las variedades registradas últimamente, respecto a las más antiguas, así como más resistencia a enfermedades, destacando el gran avance logrado en materia de rusticidad para abordar un tema básico como es el de la resistencia a la sequía.
“Podemos afirmar que, tanto a nivel de producción como de beneficios económicos, el uso de una semilla de calidad es fundamental para obtener trigos y cebadas en su potencial máximo en una comarca como La Moraña, aguantando incluso enfermedades con menos tratamientos y además con muy buenos pesos específicos”, señala en base a los resultados de la campaña pasada.
UPA-ÁVILA confía en que los resultados de los ensayos de Cisla que se conocerán una vez cosechadas las parcelas, aporten datos clave para mejorar la productividad de los cerealistas de nuestra provincia y para conocer la rusticidad de las distintas variedades y así saber cuáles se pueden adaptar mejor a nuestros terrenos.